domingo, 19 de octubre de 2008

simbolismo

Simbolismo
Movimiento artístico surgido hacia 1888 revela inquietudes místicas y ejerce una influencia limitada. Sobre 1900 se funde con el art nouveau Se ha definido el simbolismo como ideista, sintético, decorativo, subjetivo....elementos que son, ciertamente, comunes a muchos estilos. Muchas de sus obras están inspiradas en la Biblia y en la mitología, expresan misterio y magia. El simbolismo alcanza sólo esporádicamente la arquitectura, en la figura de Gaudi y la escultura. Se manifiesta mas bien en la pintura donde combina aspectos ideológicos y metodológicos.












Definición del simbolismo
La palabra simbolista proviene del mundo literario. El primero en usarla fue Jean Moreas, en 1886, aunque es en la década de los 90 cuando se emplea relacionada con el arte. Téngase en cuenta, además, que el hombre desde siempre, se ha servido de símbolos para expresarse y a través de ellos aproximarse al mundo inmaterial. La mitología y la religión han echado mano de los símbolos para ir más allá del mero lenguaje y dejarse entender.
Sin embargo, hay que tener en cuanta que el término simbolismo es complejo, por lo que de este término se han dado muchas interpretaciones. Así, mientras que para unos, el simbolismo, es un movimiento que proviene del romanticismo; para otros, tal simbolismo no existió, y, finalmente, algunos críticos dicen que es una manifestación típica del postimpresionismo; argumentan tan afirmación en el hecho de que ambos movimientos rechazan la representación directa y literal a favor de la evocación y la sugestión, y formaban parte de una tendencia general antimaterialista y antirracionalista.

Gustavo Moreau (1826 - 1898), idealista, con grandes influencias entre escritores y artistas; gran narrador de sueños y de visiones; sus obras, fueron todas simbólicas y, en su mayor parte, tomadas de la mitología.

Odilon Redon (1840 - 1916) es el más puro de los simbolistas. Su pintura dotada de gran lirismo, refleja lo mágico, lo visionario y lo fabuloso. Su lema era poner la lógica de lo visible al servicio de lo invisible.

Pierre Puvis de Chavannes (1824- 1898) supo llevar a la pintura a la subordinación de la naturaleza, anteponiendo la expresión de las ideas, por lo que se le considera el más idealista de los simbolistas.


Estilo simbolista
Paralelamente a la preocupación del impresionismo por la pintura al aire libre contra el academicismo oficial y a los intentos de construcción científica de la pintura por el llamado puntillismo, se desarrolla una nueva concepción sobre la función y objeto de la pintura. Los simbolistas – cuyos precedentes se encuentran en William Blake, los nazarenos y los prerrafaelitas – propugnan una pintura de contenido poético.
El movimiento simbolista reacciona contra los valores del materialismo y del pragmatismo de la sociedad industrial, reivindicando la búsqueda interior y la verdad universal y para ello se sirven de los sueños que gracias a Freud ya no se conciben únicamente como imágenes irreales, sino como un medio de expresión de la realidad.
El Simbolismo no pudo desarrollarse mediante un estilo unitario; por eso, se hace muy difícil definirlo de forma general. Es más bien un conglomerado de encuentros pictóricos individuales.
Necesitó desde un principio de un idioma pictórico abstractivo. En consecuencia, los pintores hicieron uso de un vocabulario de formas lineal y ornamental y de una composición del cuadro antinaturalista. Son especialmente estos elementos abstractivos y acentuados en la linealidad, así como las relaciones composicionales inmanentes al cuadro, los que hacen del Simbolismo el precursor del tan cercano Modernismo. En Gustave Moreau existe una visión particular sobre la belleza, el amor y la muerte. Pierre Puvis de Chavannes parece perpetuar la claridad y el rigor compositivo del clasicismo combinado con colores planos y claros. Sus obras parecen vacías de movimiento y de luz. Odilon Redon encamina sus esfuerzos hacia la representación de ideas, de tal manera que su obra se aproxima a lo que más tarde será la estética surrealista.
El Simbolismo es una tendencia que supera nacionalidades, límites cronológicos y estilos personales. En este cajón de sastre podemos encontrar figuras tan dispares como Vincent Van Gogh, Paul Gauguin, Gustav Klimt, Edvard Munch, etc. Para complicar más la cuestión, el Simbolismo derivará en una aplicación bella y cotidiana de honda raigambre en el arte europeo de fines del siglo XIX y principios del XX: el Art Nouveau. El Simbolismo pretende restaurar significado al arte, que había quedado desprovisto de éste con la revolución impresionista. Mientras que otros neoimpresionistas se inclinan por ramas científicas o políticas, el Simbolismo se decanta hacia una espiritualidad frecuentemente cercana a posiciones religiosas y místicas. La fantasía, la intimidad, la subjetividad exaltada sustituyen la pretenciosa objetividad de impresionistas y neo-impresionistas. Continúan con la intención romántica de expresar a través del color, y no quedarse solamente en la interpretación. Ahí encontramos el nexo de unión con el resto de neo-impresionistas, puesto que las teorías del color local y los efectos derivados de las yuxtaposiciones de primarios, complementarios, etc., les resultarán muy útiles a la hora de componer sus imágenes, muy emotivas, como en la casi violenta visión de la pasión amorosa que Klimt ofrece en su Dánae. Los simbolistas encontraron un apoyo paralelo en los escritores: Charles Baudelaire, Jean Moréas, en contra del naturalismo descarnado de Zola. En cuanto a la escultura, Rodin fue el más cercano a sus planteamientos, y pese a todo, íntimamente ligado a los presupuestos del gran escultor impresionista Edgar Degas. Muy cercana a los planteamientos del Simbolismo, en cuyo seno se inscribe, se sitúa la Escuela de Pont-Aven, una de las primeras en definirse como tal. Pont-Aven es una pequeña localidad rural de la Bretaña francesa, a donde se dirigió en 1886 un grupo de pintores neo-impresionistas. El primero de todos fue Émile Bernard, que trataba de recuperar la integridad de lo rústico, de lo arcaico, en una región totalmente ajena a los avances de la vida moderna. Bernard cultivó un estilo muy personal de colores planos, perfectamente delimitados en contornos silueteados. conocidas y por otro que no fuesen únicas, sino que se imprimían y repetían, dando a la obra de arte una nueva dimensión. La obra de arte deja de ser única. A pesar de ello no crearon escuela.
Entre los nabís destacan pintores como Pierre Bonnard: Retrato de Nathanson y la señora Bonnard, Edouard Vuillard: Autorretrato, Maurice Denis: Paisaje con árboles verdes, Félix Valloton: La lectora, Ker Xavier Roussel: Montones junto al mar, Henri-Gabriel Ibels, y Paul Ranson. También pueden considerarse nabís los tres grandes simbolistas, Moreau, Redon y Chavannes.


















La escultura simbolista
El Simbolismo posee una estética académica, y se presta más a las realizaciones escultóricas de vanguardia. Junto con Rodin destacan Aristide Maillol (1861-1944), que es el gran maestro de la escultura simbolista. La noche, Isla de Francia, Flores en la pradera, Venus, Flora, El río. También destacan Adolf von Hildebrand, Estatua ecuestre del príncipe regente, Medardo Rosso, Niño enfermo, Cabeza de niño, Emile-Antoine Bourdelle, Hércules arquero.












La escuela de Pont-Aven
Desde 1873 la villa de Pont-Aven es frecuentada por los alumnos de la Escuela de Bellas Artes de París. En 1886 llega Gauguín y en 1888 se instala un grupo de pintores dispuestos a seguir sus enseñanzas al margen de la Academia. Participan en la exposición del Café Volpini en 1889. Ese mismo año, Gauguín marcha para Tahití y el grupo se desvanece.
Sus obras se caracterizan por el uso libre del color, pueden pintar la hierba roja si así lo sienten. El color se aplica en grandes manchas y con tintas planas. Utilizan el cloisonismo. El resultado es una obra altamente decorativa. En esta forma de pintar ha influido mucho el conocimiento del arte primitivo y las estampas japonesas. Existe una voluntad de sintetizar las formas. Son una síntesis entre el estilo impresionista y el simbolista por lo que pueden ser considerados simbolistas, por su espíritu.
Entre los pintores más destacados de Pont-Aven están Emile Bernard: Bretones bailando en la pradera, Charles Laval: Autorretrato, Jacob Isaac Meyer Haan: Bretonas tejiendo cáñamo, Paul Serusier: Naturaleza muerta con escalera, Claude-Emile Schuffenecker: Los acantilados de Concarneau, Cuno Amiet, Louis Anquetin y Roderico O’Connor.

Los Nabis
Los nabís son seguidores de las ideas estéticas de la escuela de Pont-Aven, pero no pertenecen a la Academia, o son desertores. Nabís significa profetas, en hebreo. Intentaron que el impresionismo se acercase al simbolismo, por lo que se les puede considerar simbolistas. Su concepción estética es fundamentalmente decorativa, por lo que lo que se plasma en el cuadro es un juego de sensaciones, más que una construcción intelectual. Utilizan colores planos, con un gran sentido estético. Tienen una libertad absoluta a la hora de utilizar el color y las composiciones. Usaron todo tipo de materiales en sus cuadros, pintura, cola, cartón, etc., para diferenciar texturas, pero sin llegar al colage. Proyectaron vidrieras y usaron litografías y grabados para expresarse. Decoraron teatros, portadas de libros, revistas y cualquier cosa que les solicitasen, trabajando por encargo. Esto implicó, por un lado que sus obras fuesen ampliamente conocidas y por otro que no fuesen únicas, sino que se imprimían y repetían, dando a la obra de arte una nueva dimensión. La obra de arte deja de ser única. A pesar de ello no crearon escuela.
Entre los nabís destacan pintores como Pierre Bonnard: Retrato de Nathanson y la señora Bonnard, Edouard Vuillard: Autorretrato, Maurice Denis: Paisaje con árboles verdes, Félix Valloton: La lectora, Ker Xavier Roussel: Montones junto al mar, Henri-Gabriel Ibels, y Paul Ranson. También pueden considerarse nabís los tres grandes simbolistas, Moreau, Redon y Chavannes.


En literatura, se tradujo en un verso flexible, musical y portador de significaciones indefinidas. Sin embargo tener una base común, que es la esperanza optimista en el mejoramiento de la humanidad, los pintores simbolistas presentan una variedad estilística que se explica por la primacía de la idea por sobre la forma.
Por simbolismo también se entiende al sistema de relación constituido por los símbolos, el cual trabaja combinando la intuición (la "asociación de ideas" que produce símbolos) y la distribución racional de la red de símbolos, estableciendo progresivamente nuevas relaciones.

Por ejemplo, una cultura primitiva conoce la realidad y la nombra; después, utiliza los objetos como expresión de lo espiritual del mundo: rojo- sangre, cielo- inmensidad.

Así, el simbolismo mitológico realiza grandes creaciones que son maneras de intuir el orden universal, personificando las cualidades divinas de las cosas y su integración total; posteriormente, las alegorías vienen a enriquecer y desvirtuar esos símbolos primitivos, que son verdaderas puertas por donde el humano penetra en lo abstracto.

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